De primeras no tenía muchas expectativas con este libro. De hecho me esperaba un romance típico juvenil y que no tuviese tanta carga emocional, y al final he terminado encariñándome mucho con los personajes y sufriendo con ellos.

Finch es un adolescente con problemas emocionales, tiene momentos de bloqueo en los que como él dice se queda “dormido” y un gran mundo interior. Además su situación familiar no es la más propicia, con una madre que no termina de hacerse cargo de sus hijos, y un padre que rehizo su vida con otra mujer y ahora presta más atención a su nueva familia. Esto hizo que Finch intentase suicidarse, lo que en la actualidad supone charlas constantes con el psicólogo del colegio. Violet, por otro lado, acaba de perder a su hermana en un accidente y sus padres y ella están poco a poco superándolo. Violet ha perdido uno de sus principales apoyos y las ganas de vivir.

En esta situación, ambos se encuentran en lo alto del campanario del colegio donde pensaban acabar con sus vidas. Sin embargo Finch incapaz de dejarla saltar, la convence de bajar y empiezan su relación.

En un principio la forma de actuar de Finch me resulto poco realista. Me recordaba un poco a los personajes de John Green en Ciudades de Papel o Mil veces hasta siempre. Un personaje que se sale completamente de la normalidad en acciones y pensamiento,  que busca gustar más al lector por su excentricidad que por su verdadera personalidad.  Sin embargo, a pesar de que al principio lo cogí con mucha frialdad poco a poco fui metiéndome en su mundo e identificandome con sus sentimientos.

Así mismo, la evolución de la relación entre ambos también se ha llevado muy bien. No he podido evitar enamorarme de esta pareja y disfrutar con sus excursiones. Finch, a pesar de que ni él es capaz de tener una situación mental equilibrada hace todo lo posible por conseguir que Violet se sienta bien y vuelva a disfrutar de la vida. En esta parte ayuda mucho que el libro este narrado desde el punto de vista de ambos personajes, alternando capítulos de los dos.

La última parte del libro la sufrí mucho. *Spoiler*No podía entender, al igual que Violet, qué le pasaba a Finch y cómo se le podía ayudar. Le había cogido mucho cariño al personaje y no podía verle en ese final. Tengo que admitir que se me soltaron unas lagrimitas. *Fin spoiler*